Ayer asistí a una conferencia del sr. Iñaki Barrón, director de Alta Velocidad de la Unión Internacional de Ferrocarril (UIC) en el Museu del Ferrocaril de Vilanova i la Geltrú. La fecha no podía ser más propicia pues ayer se celebraba el 160 aniversario de la inauguración del primer ferrocarril de servicio público en la Península Ibérica (Barcelona - Mataró).
La conferencia fue altamente interesante, no sólo para aquellos que somos aficionados al ferrocarril, sino desde el punto de vista geográfico. Así, la charla consistió en un repaso a la historia y a las características técnicas (superestructura, material móvil, señalización...) de las redes de alta velocidad y a una descripción de cada una de las redes de alta velocidad existentes en el mundo.
Desde el punto de vista de la temática de este blog fue lo más interesante fue la descripción de la filofosía con la que se están construyendo las nuevas líneas de alta velocidad en China e India. En el primer caso se están construyendo 3.404 quilómetros de nuevas líneas (los primeros 115 fueron inaugurados con motivo de los Juegos Olímpicos de Pequín) y el trazado de otros 4.075 está en estudio, y en el segundo, 495.
Según nos comentó el sr. Barrón, uno de los objetivos que se persigue con las nuevas líneas es reordenar el poblamiento en estos países, especialmente alrededor de las ciudades de Pekín y Mumbai, respectivamente. En efecto, la construcción de la red de alta velocidad prevista es vista como una ocasión para evitar la concentración de población en ambas ciudades y fomentar el crecimiento de otras urbes situadas a algunos centenares de quilómetrospero que, gracias a los trenes de alta velocidad, sean accesibles de forma diaria para todas aquellas personas que tengan que desplazarse a Pekín y Mumbai.
Un ejemplo más de los efectos estructuradores del territorio de las vías de comunicación...
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