2/3/16

Redacción del artículo de "Demografia" del Anuari 2015 d'Enciclopèdia Catalana

Un año más, y ya llevamos más de diez (en relevo de mi colega y amigo Julio Pérez), he tenido el honor de redactar el artículo referente a "Demografia" del Anuari de l'Enciclopèdia Catalana que se acaba de publicar en su edición referente al año 2015. 

Se trata de un texto en el que se hace un repaso a la dinámica demográfica del año de referencia para el ámbito catalán principlamente, aunque siempre en relación con el contexto español e internacional.

El artículo de este año se ha centrado en el estancamiento demográfica catalana, que en el último año, segúndatos del padrón municipal de habitantes publicado por el INE, ha disminuido en 14.895 personas. Se trata de un dato que confirma la tendencia ya apuntada los últimos años: desde que la crisis económica actual se ha manifestado con su máxima dureza, la población catalana ―y española― no tan sólo ha frenado en seco su crecimiento exponencial que caracterizó los primeros años del siglo XXI, sino que, incluso, ha experimentado un ligero retroceso, eso sí, no nada comparable, en cuanto a su magnitud, al crecimiento anterior.

Esta dinámica es fruto, sobre todo, del compòrtamiento de la población de nacionalidad extranjera, que ha disminuido en 63.402 personas, al contrario de lo que sucede entre la pobñación española, que presenta un crecicimiento de 48.417 habitantes. Esta dinámica negativa del número de personas de nacionalidad extranjera se debe de al efecto combinado de varios factores. En primer lugar, la marcha de parte de aquellas personas que, un golpe fracasado su proyecto migratorio al Estado español, optan bien para retomarlo  busca de nuevas oportunidades en terceros países del entorno europeo, bien para devolver a su país de origen. Un segundo factor que hay que citar es el efecto estadístico de las personas que, habiendo cumplido unos determinados requisitos legales, adquieren la condición de ciudadano/*ana de nacionalidad española (en un proceso denominado «*naturalització»). Finalmente, y no por este motivo menos importante, hay que considerar la importancia de las bajas por omisión en el padrón municipal de habitantes de aquellas personas extranjeras que no han renovado su inscripción padronal ―la ley obliga a hacerlo cada dos años―, pero de las cuales no podemos asegurar que ya no residan en nuestro país.



Esta dinámica negativa tiene su traducción en las últimas proyecciones d epoblación elaboradas por el INE: la proyección a escala estatal no puede ser más pesimista y prevé la pérdida de cerca de un millón de habitantes en los próximos 15 años y de 5,6 millones hasta el año 2064, año en que se lograría un porcentaje del 38,7% de población mayor de 65 años (frente al 18,2% actual). En cuanto a los resultados autonómicos, se prevé un descenso generalidad en la mayoría de las comunidades y, en concreto, la pérdida de población catalana sería de 222.317 personas, de forma que la población se situaría en 2029 en 7.411.869 habitantes, el 3% menos que actualmente.

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