13/12/17

¿A las puertas de un movimiento natural de la población negativo en Catalunya?

Ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó el avance de la Estadística del Movimiento  Natural de la Población, con las cifras provisionales de naacimientos, defunciones y matrimonios durante los seis primeros meses del año 2017.

Para el conjunto de España, las cifras, aun provisionales, confirman una tendencia que ya se venía apuntando desde 2015: es la tercera vez consecutiva que España registra durante los seis primeros meses del año (enero-junio) un crecimiento natural negativo, con un mayor número de defunciones que de nacimientos.

Que en los primeros meses del año se produzca un mayor número de defunciones que en los seis meses restantes viene siendo habitual, sobre todo por la mayor incidencia de enfermedades en la época hivernal. Igualmente, el número de nacimientos durante la segunda mitad del año tiende a ser superior que en los seis primeros meses, de manera que el cómputo total es que, al finalizar el año, el movimiento natural es ligeramente negativo (como pasó en 2015, con un crecimiento de -2,28 personas) o prácticamente negativo (-28 en 2016).



Pero a tenor de la magnitud del crecimiento negativo durante el primer semestre de 2017 (-32.132 personas) es difícil pensar que la tendencia apuntada para la segunda mitad del año presente puede llegar a compensar estos valores, de modo que auguramos que cuando se disponga de datos para el conjunto de 2017 el saldo natural será, esta vez sí, claramente negativo.

El otro dato significativo es que, por primera vez, Catalunya registra un saldo natural negativo durante el primer trimestre del año, fruto de los 32.109 nacimientos y las 34.072 defunciones, con un balance de -1.963 personas. Se une, así, a otras 13 comunidades autónomas que también han registrado balances negativos, puesto que tan solo las Illes Balears, la Comunidad de Madrid, la Región de Murcia, Ceuta y Melilla registran un mayor número de nacimientos que de defunciones.

Aunque la tendecia sobre la distribución mensual de los nacimientos y defunciones nos hace pensar que el balance al final del año será finalmente positivo, no deja de ser sintomático que se haya producido ya por primera vez este balance negativo (como, por otra parte, auguran todas las proyecciones de población), a la vez que es un indicativo que el crecimiento natural de 2017, aun sinedo poitivo, será claramente menor al de los años anteriores, y por supeusto, muy lejos de los balances de más de 20.000 personas que se registraron entre 2006 y 2011. De hecho, la situación será, seguro, más cercana a lo que ya sucedió en la primera mitad de la década de los años noventa del siglo pasado.